#Pasosenlaazotea 31. Pugsley
No sé cuántas veces lo he escuchado, pero lo he escuchado muchas veces.
Cuando hay viajes en el tiempo salen las paradojas o en su defecto quedan cabos sueltos.
Terminator es una de las sagas que vive, que se sustenta en puro viaje en el tiempo.
A partir de la tercera pelĂcula, dicen los que saben, todo se fue al carajo con Terminator.
Porque ya nada tiene sentido, porque todo se enreda y viajar, viajar en el tiempo, es sĂłlo un paseo de incoherencias.
Esas crĂticas cinematográficas pueden aportar mucho o muy poco, pero en realidad no me importan demasiado.
El fallo, lo imperdonable, del universo de estas pelĂculas, es el abandono de Pugsley, la iguana de Sarah Connor.
Al final de la primera pelĂcula, Sarah pudo haber vuelto por ella.
O en cualquiera de las pelĂculas pudo haber habido algĂşn rescate, un ir y venir para recuperar a la iguana del pasado que asegurara el futuro.
Pero no, nada se hizo, se hace, ni se hará por la mascota de la protagonista.
Nadie sabe de quĂ© lado masca la iguana, pero que lo que sĂ puede saberse es yo quiero hacer de Pugsley un sĂmbolo.
Pugsley vive más allá de los 48 segundos que sale en pantalla.
Pugsley es la duda, Pugsley es la pregunta, Pugsley es el reptil de lo que pudo haber sido.